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¿Cómo la conociste?

Conocí  a Joan y a Bet (los fundadores) en la Universidad y ellos me hablaron de su iniciativa. Me pareció un proyecto con futuro y decidí apuntarme.

 

¿En qué consiste rescatar?

En ofrecer una alternativa al aborto. La iniciativa está enfocada en la defensa de la vida.

Lo que hacemos es ir en grupos a las puertas de la clínica abortista. Cuando vemos a una mujer que se acerca y va a entrar, la asesoramos. Primero les preguntamos por su situación y dejamos que la expliquen, si es su deseo. Después, les exponemos las alternativas. Hay varias instituciones con las que mantenemos contacto y se dedican al mantenimiento de madres sin recursos, a la disposición de hogares para empezar una nueva vida, etcétera.

Acompañamos a estas mujeres durante todo el proceso, desde que las convencemos de no abortar, hasta que tienen al niño y disponen de todas las necesidades.

 

¿Tuviste que formarte previamente? ¿Hubo algún cursillo de preparación o conferencia?

Se organizó en la Universidad de Navarra una jornada de preparación. El objetivo de esa reunión fue triple.

Lo primero era aclarar que, aunque está formado por alumnos de la UNAV, la Escuela no pertenece a la Universidad, es ajena.

En segundo lugar, explicaron cómo es el perfil de una mujer embarazada que quiere abortar y cómo se siente una vez abortado el niño. Hay que tenerlo muy presente para saber hablar con cuidado y sin juzgar.

Por último, realizamos tres casos prácticos para saber resolver distintas situaciones con las que nos íbamos a encontrar.

 

¿Cada cuánto vas a rescatar?

Voy todas las semanas, concretamente los martes por la mañana de 9 a 11.

La Escuela tiene distintos grupos activos desde los lunes por la tarde a jueves, por la tarde también.

 

¿Ves resultados en tu actividad?

Nunca he conseguido rescatar ninguna vida concretamente. Pero sé que cuando yo hablo u ofrezco otras salidas a estas mujeres, algo les influye. Aunque no hagan caso, las palabras se les quedan en la mente y la mayoría las piensan.

Además sé que gracias a la Escuela se han salvado niños, quizá algún día yo lo consigo también.

 

¿Por qué decidiste apuntarte? ¿Habías hecho algo así antes?

Me apunté por que me pareció una idea magnífica de defender la cultura de la vida, algo que aquí en España a penas se aprecia.

Ya había participado en la iniciativa del doctor Jesús Poveda, gran activista próvida en Madrid.

 

¿Qué te aporta este voluntariado?

Me aporta autorrealización, porque soy consciente de que mi ayuda puede cambiar el pensamiento de muchas madres. También me gusta ser defensor de esta cultura muerta y sacarla adelante.

Además, contribuimos a que muchas mujeres vean que hay otras alternativas al aborto, y eso es algo que muchas desconocen.

 

¿Quieres compartir alguna anécdota, algo que te haya impactado?

En una ocasión fui a hablar con una chica que se dirigía al establecimiento con sus padres. Ella lo estaba pasando tan mal que no podía ni hablar. Con cada palabra que intentaba decir se le escapaban las lágrimas, se notaba que aquella situación la superaba.

Después de ver sufrir tanto a esa mujer, solo deseé que se acabara pronto su dolor.

 

JAIME AGUILAR

Voluntario en la Escuela de Rescates de Navarra. 

¿Qué voluntariado haces? ¿Con qué
organización?

Salvo las vidas de aquellos niños a los que sus madres quieren abortar. El grupo se llama Escuela de Rescates de Navarra. La fundaron dos alumnos de la UNAV que en sus respectivas ciudades ya hacían rescates. Decidieron empezarla en Pamplona para seguir salvando vidas.

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