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Ignacio Calderón

Voluntario en Nicaragua

Ignacio, ¿a dónde fuiste tú de voluntariado?

 Fui a Nicaragua, exactamente a Diriamba. Lo organizamos trece amigos del colegio como viaje de fin de 2º de Bachillerato.

 

¿Como fín de la etapa escolar? Curioso destino para celebrar el fín de exámenes…

Sí, lo sé, no es lo que hacen los chicos hoy en día. Muchos de la clase se iban a Ibiza o Mallorca. Sin embargo nosotros optamos por un viaje a Nicaragua para ver ese paraíso natural y, de paso, hacer un poco de voluntariado.

 

¿Cómo conociste esta oportunidad?

Tengo  un amigo que vive ahí, en un centro del Opus Dei, y nos consiguió los contactos para que pudiéramos hacer voluntariado. También nos ayudaron a conseguir alojamiento.

 

¿Cuánto tiempo fuiste?

 Quince días.

 

Concretamente, ¿en qué ayudabais?

 Por las mañanas íbamos a reconstruir una ‘escuelita’ de Diriamba. Tuvimos que cambiar el tejado, ventanas, puerta y pintarla toda de nuevo. Además jugábamos con los niños.

Un día  fuimos a un barrio extremadamente pobre, a hacer visitas a casas y jugar al fútbol con los jóvenes de la calle. Fue algo impresionante, ver cómo esas personas agradecen cualquier gesto de amabilidad. A pesar de su sufrimiento, hacían todo lo posible para que nosotros estuviéramos cómodos y disfrutáramos con ellos.

 

¿Qué te pareció el país?

Las personas que viven allí son muy hospitalarias y siempre nos recibían con los brazos abiertos. En lo que es el paisaje, me encantó su naturaleza; las playas y los volcanes.

 

¿Qué te aportó personalmente?

 Saber apreciar más lo que tengo y no tener tantos caprichos. También aprendí de ellos a tener una sonrisa siempre,

aun estando en la pobreza.

 

¿Intentas hacer algún tipo de voluntariado con regularidad en tu ciudad? Si es así, ¿qué es lo que haces?

En Barcelona algunas veces voy al Cottolengo, que es un centro donde viven mujeres y hombres de todas las edades que padecen alguna discapacidad.

Alguna vez puntual a los comedores de la Madre Teresa de Calcuta, donde las monjas de esta orden dan de comer a todos los vagabundos del barrio más pobre de la ciudad, el Raval.

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