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¿Dónde fuiste de voluntariado? ¿Cuándo y con quién?

Me fui del 15 de agosto al 15 de septiembre de 2010 a Calcuta. Fui con seis amigas del colegio que también querían hacer voluntariado.

 

¿Fuisteis solas u os apuntasteis con algún grupo de voluntariado?

Fuimos por nuestra cuenta, pero allí estuvimos trabajando en los proyectos de las Misioneras de la Caridad. Conocí este voluntariado porque la hermana de una amiga nuestra había ido el verano anterior, y por lo que nos explicaba, había vivido una experiencia increíble. Decidí irme porque siempre había tenido la ilusión de hacerlo; en ese momento vi la oportunidad y pensé que si no hacía el voluntariado entonces, no sabía si en el futuro tendría la posibilidad.

 Además, creo que irse durante un tiempo a un país pobre como la India solamente con el objetivo de hacer voluntariado, puede ayudar a uno mismo a alejarse de las “tonterías” que le distraen normalmente, y eso puede ser muy bueno para pensar sobre lo que ves y ver la vida con perspectiva.

 

¿Qué hiciste exactamente para ayudar a la gente de allí?

Trabajaba en una casa en la que viven niños que tienen enfermedades o discapacidades graves. El trabajo consistía en darles de comer, cambiarles la ropa y los pañales, jugar con ellos... Las “sisters” tenían una carpeta para cada niño, dónde se indicaba qué ejercicios teníamos que hacerle a cada uno  según sus capacidades. Había desde enseñarles  a caminar hasta talleres de música o inglés.

Lo que más me gustó fue que esa casa es un verdadero hogar para aquellos niños, se respiraba cariño y alegría.     

 

Al principio debió ser duro...

Cuesta adaptarse. Hay mucho trabajo y nadie puede pararse a explicar con detalle el trabajo que hay que hacer a cada voluntario que llega. Así que los primeros días no sabes muy bien cómo funcionan las cosas y hasta que aprendes un poco, puedes ser más un estorbo que una ayuda.

 

¿Hay algo de lo que te acuerdes especialmente?

Me viene a la mente una anécdota que impactó mucho a una de mis amigas, que estuvo trabajando en un orfanato. Nos dijo que un día fue una madre con sus dos hijas, le explicó que se había quedado viuda y que tenía que dejar a alguna de las dos porque no podía darles de comer a ambas. Decidió dejar a la mayor, y lo último que hizo antes de dejarla fue quitarle los zapatos y ponérselos a la pequeña. Aquella mujer debía de haber sufrido mucho para hacer aquello sin pestañear, sabiendo que ella no podría comprar unos zapatos para su hija pequeña.

Otro día fuimos las siete al McDonalds y nos compramos un helado para celebrar el cumpleaños de una de nosotras, y no se nos ocurrió nada mejor que salir a la calle con el helado en la mano. Tardamos diez segundos en que nos los pidieran todos y los repartiéramos a los niños de la calle. Evidentemente, no habíamos sido conscientes de que comerse un helado, para los niños de Calcuta, no es algo muy común.

 

¿Qué valores te aportó irte a la India?

 Creo que me ha ayudado a valorar lo que tengo, y a darme cuenta de que más de la mitad de cosas que creemos necesarias, ni nos hacen falta, ni nos hacen más felices. ¡Allí la gente es feliz con nada!

Ver una realidad como la que vive mucha gente en Calcuta te ayuda a calibrar los problemas, y a darte cuenta de que perder el autobús, que se te bufe el pelo o que te mojes con la lluvia nunca debiera ponernos de mal humor.

 

¿Qué agradeces de esta experiencia?

 Que en la India cambié, sobre todo en  mi modo de ver la vida. Aquí tenemos muchas comodidades y privilegios por las que a veces ni siquiera estamos agradecidos. Aunque tengo que reconocer que con el tiempo hay que irse recordando lo que uno aprende de estas experiencias, porque de lo contrario se acaba “oxidando”.

 

¿Dónde notas el cambio en tu día a día?

Ahora intento ir de vez en cuando a los comedores de las Misioneras de la Caridad en  Barcelona, pero sobre todo intento cuidar mucho más a personas de mi ámbito familiar que lo necesitaban, cuando antes ni siquiera me había dado cuenta de que podían necesitar ayuda o compañía.

 

Blanca

Sánchez de Ocaña

Voluntaria en la India

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