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¿Cómo conociste Tantaka?

 Gracias a UAS, que organiza el voluntariado de los estudiantes de la UNAV.

 

¿Desde cuándo colaboras con esta organización?

 Desde enero de este año.

 

¿Qué voluntariado haces concretamente?

 Apoyo escolar a niños con problemas familiares (inmigrantes, pobres...)

 

¿Cada cuánto vas y con quién?

 Dos veces a la semana, con más voluntarios que estudian en la UNAV.

 

¿Qué te aporta personalmente hacer este voluntariado?

 Muchas cosas: aprendo a no quejarme de mis problemas (que al fin y al cabo son estupideces), aprendo sobre otras experiencias y formas de vivir... pero lo principal es que los niños y yo nos ayudamos mutuamente a superarnos en todo y ser mejores personas.

 

¿Ves los frutos de tu ayuda en el aprendizaje de esos niños?

 A veces sí y a veces no, pero todo lo que está hecho por amor merece la pena. Así que en ese sentido siempre hay fruto.

 

¿Hacías, antes de éste, otro voluntariado con regularidad?

Sí, iba a visitar una casa de acogida.

 

¿Por qué decidiste apuntarte a Tantaka?

En realidad no lo decidí, llegué por UAS y tardé meses en enterarme de que estaba dentro de Tantaka.

 

¿Qué les dirías a otros jóvenes para que se animen a hacer voluntariado?

Que más allá de sentirte mejor, más útil... cosas propias del orgullo y la vanidad, te ayuda muchísimo a comprender el mundo y a ser más feliz.

 

ANDRÉS SÁNCHEZ 

Voluntario de TANTAKA (En Pamplona, NAVARRA)

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